En rueda de prensa realizada hoy en Caracas, la Unidad de Acción Gremial y Sindical dio una rueda de prensa para convocar a la movilización del 1° de mayo, Día del Trabajador.
En ella, la presidenta de FAPUV, profesora Lourdes Ramírez de Viloria informó acerca de la consulta a todas las asociaciones de profesores, y sus bases, para la declaratoria del conflicto universitario, y el dirigente del sector salud, Pablo Zambrano invitó a los sectores laborales a concentrarse en la Plaza Brión de Chacaíto, en Caracas, para partir de ahí a la movilización. sectores laborales de l

A continuación, la proclama del Día del Trabajador, que fue leída por el directivo de la CTV, Pedro Arturo Moreno;
Compañeros trabajadores: Nos corresponde conmemorar este Primero de Mayo en medio de la crisis terminal de una engañosa promesa de redención autodenominada “revolución bolivariana”, la cual en dos décadas destruyó nuestras capacidades económicas, disolvió el tejido social e institucional de una sociedad que reclamaba autonomía y libertad, subastó e hipotecó nuestra soberanía e independencia, e implantó un régimen autoritario y dictatorial que nos condujo a la más grande ruina que jamás hayamos padecido en la era contemporánea.
Con los ingresos petroleros más cuantiosos que hayamos percibido en tiempo alguno, junto con las extraordinarias entradas fiscales por la extracción de otras riquezas minerales, en lugar de desarrollo y progreso se llevó el aparato productivo a su mínima expresión y se perdieron infinidad de puestos de trabajo, provocando a su vez, por unas erráticas y erróneas políticas monetarias y fiscales, una hiperinflación que elevó los precios de todo lo necesario para vivir, destruyó salarios, pensiones y prestaciones sociales, desapareciendo los ahorros y minimizando las deudas de los patronos con sus trabajadores, en particular, las del patrono Estado. Se precarizaron los derechos a la alimentación, a la salud, a la educación, y como consecuencia de la corrupción, la desidia y la irresponsabilidad de la cúpula gobernante no se hicieron las labores de mantenimiento necesarias y el sistema eléctrico colapsó, el suministro de agua quebró, la vialidad y los sistemas de comunicación se averiaron profundamente, provocando una crisis humanitaria compleja que ha hecho retroceder al país a mediados del siglo pasado, y convirtió en tinieblas y oscuridad los deseos de progreso, desarrollo y prosperidad.
Las condiciones de vida de los trabajadores han retrocedido a estadios primitivos e inimaginables. El salario mínimo actual equivale a 3,21 dólares mensuales (menos de 11 centavos de dólar diarios) y con la última reconversión monetaria se desquició la estructura de cargos y remuneraciones pues se desconocieron los beneficios pactados en las convenciones colectivas, al punto de que casi no existen diferencias entre las diversas categorías profesionales y se produjo una igualación salarial hacia abajo que liquida los más elementales estímulos para trabajar, para mejorar profesionalmente y para esforzarse. El colmo es que para sostener tamaño desastre se cercena la libertad sindical y los derechos de negociación colectiva y de huelga. Se criminaliza la protesta y se reprime y encarcela a los dirigentes sindicales por defender los derechos de los trabajadores, incluso aplicando la legislación militar en el mejor estilo de las otrora dictaduras sanguinarias del siglo XX.
Ya no hay más tiempo para el autoproclamado presidente obrero. Su período de gobierno —que concluyó el pasado 10 de enero— fue un enorme fracaso. Los trabajadores y la inmensa mayoría de los venezolanos claman por un cambio que nos permita progresar en paz y en democracia, pero Maduro y su grupo usurpador se aferran al poder y quieren seguir exprimiendo lo que queda de país, sin importarles el terrible daño que le causan al futuro. Nuestro deber es impedirlo y ponernos al frente del reclamo y de la protesta contra tamaña agresión en contra de nuestro pueblo y de la Constitución.
Este Primero de Mayo vamos a la calle a exigir el fin de la usurpación porque sabemos que es un paso indispensable para volver a progresar, para reconstruir nuestro país y conducirlo a la senda de la democracia, de la libertad y de la reconquista de una vida digna para el pueblo trabajador.
Acompañamos a la Asamblea Nacional y al Presidente interino Juan Guaidó en el esfuerzo por restablecer la plena vigencia de la Constitución y la democracia. Lo hacemos desde la perspectiva de nuestra clase y en el contexto de la transición que se avecina exigimos:
- La más amplia unidad nacional y un acuerdo de gobernabilidad que permita implementar las medidas indispensables para acabar con la inflación, reactivar la economía y emprender la construcción de un país productivo, que —dentro del impulso de la producción nacional— haga posible el desarrollo industrial y el crecimiento de la producción agroalimentaria, para generar miles de puestos de trabajo decentes y bien remunerados, que garanticen la mejora permanente de la calidad de vida del trabajador y su familia, así como la protección de la salud y un sistema de seguridad social justo y eficiente.
- Que se instituya una Comisión Nacional de Diálogo, integrada por representantes del nuevo gobierno y de las organizaciones representativas de trabajadores y de empleadores, con el objeto de concertar, en el marco de la transición, lineamientos para: a) recuperar el poder adquisitivo del salario, teniendo como punto de partida una proposición sobre el monto del salario mínimo vital con fundamento en el artículo 91 de la Constitución y tomando en cuenta el costo de la canasta básica, la inflación y otros factores objetivos; b) revisar inmediatamente las clausulas económicas de las convenciones colectivas y el restablecimiento de los derechos contractuales conculcados; y c) debatir permanentemente los planes, proyectos y programas económicos que vayan a implementarse para que, dentro del respeto a la autonomía y la libertad sindical, se cuente con un mayor consenso imprescindible para garantizar estabilidad en la reconstrucción.
- Constituir en las empresas estatales comités paritarios integrados por dirigentes sindicales y personal técnico especializado, con el objeto de tomar las decisiones que permitan recuperar dichas empresas y ponerlas al servicio del país.
- Amnistía para todos los dirigentes sindicales privados de libertad y en régimen de libertad condicional.
- Respeto irrestricto a la libertad sindical y a la autonomía e independencia de las organizaciones sindicales, frente al Estado, los patronos y los partidos políticos.
Caracas, el 1º de mayo de 2019